Los caramelos y los dulces en general (incluyendo chuches y golosinas) no siempre han sido objeto de capricho para nuestro paladar, sino que se crearon hace años para un fin en concreto. 
Las chuches nacieron a raíz de la necesidad del hombre de contar con un alimento ligero que sirviese de sustento para sus largos viajes, algo que fuera pequeño, ligero y fácil de transportar y que además cupiese junto con el enorme equipaje, un producto que aportara la bastante energía como para poder aguantar bien el viaje.
Los primeros dulces, fueron creados con pulpa de fruta, cereales y miel, a los que se les daba diversos y animados colores, para que llamasen la atención.
El nombre del caramelo procede de la caña de azúcar, también conocida como “caña de miel”, conocida en latín como “canna melis” que finalmente dio lugar a la palabra “caramelo”.
Con la caña de miel se desarrollaron nuevas y mejores técnicas de repostería, el problema fue que durante siglos estos productos no estaban a alcance de cualquiera, pues fue desarrollado como un artículo de lujo.
Fue en el año 1850 cuando Estados Unidos comenzó con la producción industrial de caramelos y dulces. En España no se comenzó a distribuir el dulce como producto comercial hasta el año 1930
