El corto, de unos 7 minutos, nos presenta a un desatascador de lágrimas que no puede llorar.
La idea viene de 2001, entonces Mark Ruppert intentó hacer un film en 48 horas. Se preguntaba si una cinta hecha en apenas dos días sería digna de ser vista. Y si lo fue. Desde entonces el festival ha ido creciendo alrededor de todo el mundo, ya son 120 ciudades las que participan, y por primera vez este año, el hacer cine a contrarreloj ha llegado a Madrid, dando como resultado este emotivo y divertido corto como ganador.
Ahora comepetirá a nivel internacional, en el Filmapalooza 2013, en Los Ángeles, donde se decidirá cual es la mejor de las mejores hecha en dos días y se escogerán las diez que irán a Cannes en la Sección de cortometrajes.
El objetivo de este festival es demostrar que el cine es hacer más que hablar o planear. Que con una cámara y creatividad salen las mejores cosas en vez de con papeles y pérdidas de tiempo. La idea ha supuesto un reto para todos los cineastas del país a la vez que una delicia para los amantes del séptimo arte en estado corto.
