Historia de la Ruleta ¿De dónde viene?

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La ruleta es uno de los juegos de azar imprescindibles en cualquier casino, ya sea este físico o sobre juegos online. Con los años, la popularidad que ha alcanzado la ruleta la ha llevado a evolucionar incluso a merced de las nuevas tecnologías, de manera que en muchos casinos la puesta en marcha de la misma ha quedado bajo el control de una máquina, con lo que se eliminan los posibles fraudes provocados por un lanzamiento de la bola por parte del crupier. Igualmente, se han escrito numerosos libros y manuales sobre los mejores trucos para apostar en la ruleta. Sin embargo, son pocos los aficionados a este peculiar hobbie los que conocen verdaderamente sus orígenes.

Historia de la Ruleta

El término ruleta procede del francés «roulette», que a su vez significa «rueda pequeña». Los primeros documentos y registros que se conservan de este juego proceden de la Edad Media, aunque se cree que su invención se halla en una época mucho anterior. Mucho antes de que existieran ni tan siquiera los casinos, existía un juego de azar conocido como la rueda de la fortuna y que estaba vinculado al mundo mágico y esotérico. La propia naturaleza de las ruedas y, en general, de las ruletas, ha hecho que la humanidad siempre se haya sentido atraída por ellas y que las considere producto de un misticismo elevado. Así pues, se cree que en la antigüedad los chamanes y las adivinas, ligadas básicamente con el mundo de las cartas y del tarot, utilizaban ya las ruletas como medio para conocer la fortuna de aquellos quienes quisieran consultar su suerte y su futuro.

Sin embargo, la invención de la ruleta moderna tal y como se conoce hoy en día se le atribuye a Blaise Pascal, quien debió concebirla con unas características ligeramente diferentes a las que tienen las ruletas de los casinos actuales. Así pues, la ruleta de Pascal estaba formada por treinta y seis números, cuya disposición en el tablero respondía a una perfecta simetría e igualdad en las distancias. Además, este primer tablero también carecía del número cero.

La ruleta de Pascal se utilizaba básicamente en las reuniones entre amigos, puesto que su explotación comercial daba siempre como resultado la repartición total de los premios de la banca entre los jugadores. Fue por ello que posteriormente, en el año 1842, los dos hermanos Blanc decidieron añadir el número cero e incrementar el porcentaje de error existente para cada jugador.

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