El arte de fotografiar en blanco y negro

La fotografía en blanco y negro llega inmediatamente al receptor, es esencial, directa e inmediata. Su comunicación es más concreta, menos dispersante y más profunda, con mayor carga expresiva. Crear a través de las gamas existentes en tonalidades de grises, combinando luces hace que la fotografía expresiva se desarrolle. Permitiendo jugar desde las tonalidades y desde los encuadres de emocionalidad y contraste entre el concepto de tiempo y espacio ampliando el rumbo dela creación artística.

La fotografía en blanco y negro expresa las características del sujeto reducidas a luces y sombras. Su función y posibilidades expresivas no están agotadas, sino que desarrolla el aspecto artístico de la fotografía.

Traducir un mundo de imágenes

Fotografiar en blanco y negro significa traducir un mundo de imágenes a las tonalidades de grises que podamos lograr. Las cámaras automáticas traen programas incorporados para fotografías en blanco y negro o sepia, donde la cámara realiza el trabajo de traducir la tonalidad equivalente tal como lo percibe el ojo humano. Al usar ésta opción estamos delegando en la cámara la captación sumada a la selección del color.

Si consideramos que fotografiar en blanco y negro es un arte, que a través de la visión del fotógrafo logra transmitir en forma directa una imagen que refleja una expresividad amplificada, se recomienda considerar también el paso de la foto color a blanco y negro una función no delegable. Existen distintos programas de edición y ajuste que permiten realizar la transformación.

Es interesante jugar con este aspecto y permitir que un solo objeto permanezca en color para dar un mayor impacto a un punto determinado de la toma, que quizás no esté en los puntos de enfoque principales. A partir de apreciar este tipo de fotografía como un arte, la labor es libre y permite crear un mundo de expresión creativa.

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