La justicia tiene sus propias normas y dichas reglas no siempre encajan al cien por cien en el modo de pensar a nivel popular. Un hombre ha sido condenado por pegar a su hijo de 8 años de edad por no hacer los deberes.
La pena con la que ha sido castigado es de 56 días de trabajos sociales y seis meses de alejamiento por delito de lesiones.
Detalles del caso
Según detalles recogidos en la sentencia el padre, «en estado de máxima irritación» ya que el niño llevaba más de un día intentando hacer los deberes de matemáticas, actuó de forma agresiva con el niño ya que «le dio una colleja, lo agarró con fuerza del brazo izquierdo, lo levantó de la silla donde estaba sentado, lo tiró sobre una cama y le dio varios azotes en los glúteos».
Como consecuencia de estas lesiones, el niño sufrió molestias físicas porque le quedaron huellas. La denuncia del caso la planteó la hermana pequeña del niño que tenía solo 5 años. Fruto de la agresión, el niño tuvo hematomas en la zona del antebrazo izquierdo. Además, también tuvo hematoma en el labio superior. Los síntomas físicos tardaron en desaparecer una semana.
El padre, además de realizar las labores sociales en favor de la comunidad, también tendrá que indemnizar al niño con 213,22 euros. El papel de todo padre es educar a su hijo y el juez considera que lo que sucedió aquel día excede los límites de lo correcto y del ejercicio de autoridad paterno. Sin duda, la violencia tiene muchas formas diferentes pero siempre daña la convivencia en el seno del hogar.
Los hechos sucedieron en el año 2012 en la ciudad navarra de Tudela. La sentencia es recurrible.
El ejercicio de autoridad
A modo de coaching, este caso puede servir de ejemplo sobre aquello que no debe hacerse ya que el fin nunca justifica los medios.
Fuente – Europa Press, El Mundo
