Las ilusiones ópticas y el arte

El uso de las ilusiones ópticas por parte de artistas buscando impresionar al público se trata de una actividad bastante común.

Pintores cono Salvador Dalí encontraron en estas imágenes un medio por el que introducir a quienes observan sus cuadros en su mente, un lugar que sin duda bullía de extrañas sensaciones que plasmó en muchas de sus obras, entre las que destacan figuras como la de los relojes que se derriten, una de las escenas más conocidas por todo el mundo.

Lienzos, carteles, fotografías e imágenes en movimiento han sido a lo largo de la historia los soportes utilizados por estos profesionales de la ilusión de la vista. Han ido siempre un paso más allá y encontramos por ejemplo imágenes que representan varias escenas o personajes a la vez, o incluso cuadros que parecen en un principio un montón de manchas borrosas, pero que si nos colocamos frente a ellos durante algún tiempo y concentramos nuestra vista en un punto concreto, aparece como por arte de magia no solo una imagen, sino una escena tridimensional que parece que podemos tocar con la punta de los dedos pero que al intentarlo se escabulle de nuevo entre las manchas del dibujo para desaparecer delante de nuestros atónitos ojos.

En el mundo de la fotografía también se crean ilusiones ópticas, y según como se orienta el objetivo se puede crear la ilusión de que objetos diminutos parecen gigantescos, mientras que edificios y colosos naturales como montañas o grandes piedras aparecen entre los dedos de la mano de un niño como si se tratara de un juguete.

Estas escenas han llenado galerías de arte durante años, y hoy siguen siendo muy valoradas y requeridas por expositores de todos los rincones del planeta y coleccionistas privados. Nos apasiona la ilusión.

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