Surgimiento de la superstición de la riestra de ajo

Mucha gente cuelga plantas de ajo generalmente en la cocina de sus casas o detrás de una puerta creyendo que eso garantizara el alejamiento de espíritus malignos. Pero, ¿Por qué el ajo? Es difícil, por las brumas del tiempo, ubicar la mitología de donde se desprende esta idea que ya es de consumo universal. Lo cierto es que la leyenda cuenta que Satanás se paro sobre la Tierra y que su pie izquierdo se apoyo en lo que hoy es el suroeste de Siberia.

Allí, continúa, fue donde creció la planta de ajo. Coincide con la realidad en cuanto a que es esa una región donde en efecto es común esa planta. Siempre de acuerdo al relato mitológico, el ajo adquirió entonces una suerte de poder especial para ahuyentar, justamente, a aquello bajo lo que nació, el mal y sus espíritus que abundan en la Tierra, en especial los que deambulan por las noches. Es cierto, que por alguna razón química, los murciélagos (a los que la mitología asciende a vampiros) sienten aversión por el ajo, pero hasta allí llegamos. Mera coincidencia, seguramente. El resto tan solo forma parte del amplísimo mundo de las supersticiones a las que, de seguirlas a todas, ocuparíamos nuestra vida en un millón de rituales. La mejor arma fue, es y seguirá siendo la fe, que de hecho, nunca falla.

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