El universo es un interrogante sin descifrar a pesar de los avances de la ciencia. Como bien explicó Sócrates, filósofo griego: «Sólo sé que no sé nada», es decir, todavía queda mucho más camino por descubrir que aquello que se sabe.
Para muestra un botón: esta semana, un meteorito, del que no se tenía constancia, estalló en Rusia dejando a su paso destrozos materiales y heridos. Estalló en el cielo de Rusia con una fuerza de 500 kilotones.
Un fenómeno natural histórico
Según las palabras de Bill Cooke, responsable de la oficina de meteoritos del Marshall Space Flight Center de la NASA: “Entró en la atmósfera a una velocidad de 18 kilómetros por segundo y en 32 segundos se desintegró”. Sin embargo, los expertos consideran que este meteorito no tuvo nada que ver con el asteroide que 2012 DA 14 que pasó a solo 28000 kilómetros de la Tierra.
Se trata de una coincidencia sorprendente que además, no fue predecida por los expertos, ya que esta roca vino por la cara diurna de la tierra. Acontecimientos así, pueden pasar con una frecuencia de una vez cada cien años.
Hay que seguir investigando
Este suceso es una muestra de que “necesitamos continuar nuestros esfuerzos para vigilar e identificar los objetos celestes cercanos a la Tierra” como bien explicó Tomas Reiter, que es director de Vuelos Tripulados y Operaciones, de la ESA.
Este suceso también es una muestra de que muchas veces, la realidad supera la ficción y en el mundo, lo imposible se hace posible. 100000 viviendas se vieron afectadas por esta explosión puesto que los cristales se rompieron. Se espera que 1000 millones de rublos sea el coste de reparación de todos los daños. Todavía hay cincuenta personas heridas en los hospitales como consecuencia de esta explosión. Solo una de ellas permanece grave.
