Vivimos en una sociedad en la que se valora de una forma especial el poder de la gente joven cuando en realidad, el talento propio de la experiencia de la vida es fuente de aprendizaje para los más jóvenes. Existen historias directas al corazón como la protagonizada por una señora de 99 años: Lillian WebLer, nuestra particular heroina que a pesar de su avanzada edad sigue trabajando.
Un ejemplo de admiración
Y es que, cada día cose un vestido nuevo para la fundación Little dresses for África que realiza una excelente labor de ayuda social. Esta señora es todo un ejemplo de motivación ya que a pesar de tener una edad avanzada muestra que el secreto para tener un presente feliz es marcarse objetivos constantemente.
De esta forma, ella se ha marcado el reto de coser 1000 vestidos para el próximo mes de mayo, fecha en la que soplará las velas de su 99 cumpleaños. Y la verdad es que tiene muchas posibilidades de lograr su meta si tenemos en cuenta que ya ha cosido 840 magníficos vestidos. Además, la señora siempre personaliza sus vestidos con el objetivo de que cada niña pueda sentirse especial al recibir su prenda. Una excelente costurera que es un ejemplo de amor sin fecha de caducidad dada su edad.
Existen personas de gran corazón como Lilian Weber que se convierten en un referente y en un ejemplo a seguir para los demás. La señora asegura que comenzó esta labor como una afición pero se ha convertido en una excelente ocupación en su vida al punto de que comienza el día cosiendo un nuevo vestido, se toma un respiro a mediodía y finalmente, termina todos los detalles de la prenda al finalizar la tarde.
Ella asegura que estar ocupada le hace bien pero está claro que su actitud es todo un ejemplo de admiración para las personas que le rodean. Es bonito que su labor cotidiana le haya convertido de protagonista en los medios como una forma de homenaje por su sabiduría y su constancia.
Fuente – Dypia
