¿Y si la historia estuviera confundida?

Siempre hemos dado por sentado, y así nos lo han enseñado, que la historia de la civilización comienza hace 4.000 años en la antigua Mesopotamia, y que anterior a este periodo, la especie humana era un grupo de nómadas muy reducido que sobrevivía a duras penas. Pero existen pruebas de que la historia es otra.

En la región de la antigua Mesopotamia, compuesta por varios países en la actualidad, en muchas de sus ciudades, se han hallado muchos objetos y documentos antiguos que testimonian huellas de un pasado más remoto y sorprendente del que hasta el momento conocemos.

En 1922, en la ciudad de Larsa, la expedición Weld-Blundell halló un prisma de barro cocido, el cual se conoce como Prisma de Weldo Prisma dinástico. Este documento, redactado con escritura cuneiforme, ofrece una lista completa de los reyes de Sumeria desde el comienzo hasta el reinado de Sin-Magir, del Rey de Isin (1.827 a. C – 1.817 a. C) incluyendo además a los 10 Reyes Longevos que gobernaron durante cientos de años, y hace referencia al diluvio universal.

En cuanto a la cultura egipcia, los investigadores han dado por sentado que el inicio de la civilización egipcia comienza con la dinastía de Menes que se remonta al año 3.000 a.C. pero, al igual que sucede con el imperio babilónico, parece ser que se han omitido ciertas pruebas.

Así, por ejemplo, si nos remitimos al Papiro de Turín, el cual está escrito en lengua hierática, encontraremos de forma detallada el reinado de 10 Dioses (Neteru) y de varias dinastías de semidioses que retrasarían el origen de este imperio al año 36.620 a.C. La Piedra de Palermo, la cual detalla la dinastía de los reyes, da cuenta de un total de 120 Dioses y Semidioses que reinaron en la tierra antes de que existiera oficialmente la civilización egipcia.

Además, científicos estadounidenses, con la ayuda de un soporte informático desarrollado por ellos mismos, hicieron retroceder el cielo que se habría visto en la época de la construcción de la construcción del conjunto de la pirámide de Gizeh. Si bien es cierto que se alinean con el cinturón de Orión, se debe retrasar 6500 años antes de lo que en la actualidad se cree su datación que.

No podemos dejar de citar el importante testimonio de Diodoro de Sicilia, historiador griego del siglo I a. C., que viajó por todo el mundo conocido y que fue ilustrado en Egipto por los sacerdotes y eruditos de aquella época, tras lo cual no dudó en escribir que los primeros monarcas del país reinaban desde hacía 23.000 años.

Otra cosa curiosa es que la mayoría de las religiones y culturas tiene historias antiquísimas que hablan de una la destrucción de una raza de personas muy altas y longevas por un cataclismo relacionado con el agua. Recientes excavaciones podrían confirmar dicho hecho ya que entre los restos se encontraron esqueletos humanos anormalmente altos y cuya datación esta fuera de la historia oficial.

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