Mucha gente sabe que el pescado es bueno para el cerebro debido a su alto contenido en fósforo. Sin embargo, recientes estudios van más allá y aseguran que las dietas pobres en ácidos omega-3, muy habituales en el pescado, provocan una disminución en el tamaño del cerebro equivalente al envejecimiento de dos años.
En este estudio se midieron los niveles de omega-3 en sangre de diversos individuos así como el índice de masa corporal y el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas. Además, se sometieron también a pruebas cognitivas y resonancias magnéticas. Los datos extraídos de aquí señalan que las personas con bajos niveles de ácido tienen un menor volumen cerebral, además de obtener peores resultados en los test cognitivos.