Suicide Mouse, una Historia de Terror

Las leyendas urbanas existían mucho antes de la llegada de Internet, como las tradicionales leyendas de hadas y elfos. La leyenda urbana de Suicide Mouse es una variante muy particular entre este tipo de historias de terror, cuyos orígenes no siempre parten de la más pura imaginación.

El forzado vocablo creepypasta, formado a partir de las palabras inglesas ‘creepy’ (terror) y ‘paste’ (pegar) alude a un tipo de leyenda urbana surgida en la Red, normalmente a partir de una historia de terror en la que los protagonistas son personajes famosos, en principio creados para un público infantil y con una apariencia amable y divertida, que contrasta intensamente con la que muestran en estas macabras versiones.

Desde tiempos inmemoriales, personas de todas las edades y condiciones se han dejado fascinar por leyendas que han surgido a partir de una mezcla de rumores, cuentos inventados para hacer dormir a los niños (o para darles miedo) y narraciones variadas a partir de hechos ciertos, fueran vivencias personales o sucesos históricos. Pero con la Red las cosas han ido más allá. Las leyendas urbanas, que no son otra cosa que leyendas modernas, se han diversificado y tomado cauces sorprendentes.

Internet es proclive para la difusión de todo tipo de historias, desde las más ciertas y beneficiosas para los ciudadanos hasta las más falsas y perversas, pasando por los molestos y a veces crueles hoax. Los creepypastas, como Suicide Mouse, son leyendas urbanas reelaboradas una y otra vez a partir de una historia de terror con origen conocido o desconocido, pero que parte casi siempre de videojuegos o del cine infantil y adolescente. En la Red y Youtube hay multitud de sitios y canales donde los fans del género intercambian historias de terror de este tipo, generalmente editadas con cortes de vídeos y fotografías de lo más diverso y narradas con la ya mítica voz Loquendo.

Algunas de las más famosas son La muerte de Bart (un desagradable e imposible episodio de la primera temporada de Los Simpson que, dicen, nunca vio la luz), multitud de versiones de los célebres Pokémon y, por supuesto, Suicide Mouse, historia en la que el protagonista es el legendario y querido Mickey Mouse.

Así como en La muerte de Bart hay una historia, en Suicide Mouse no existe, o al menos aparente. Lo primero que vemos es un dibujo animado muy antiguo y a Mickey caminando por una calle. La música no es precisamente divertida. Y Mickey Mouse tampoco parece estar muy contento, apenas se le ve la cara de medio lado. La música se detiene al minuto 1:10, pero no el loop de unos pocos segundos que hace que parezca que nuestro amiguito camina eternamente con edificios al fondo.

En todo caso, los fans del creepypasta recomiendan ver el vídeo sin separar la vista de la pantalla y con auriculares a buen volumen. Se supone que los dos últimos minutos están censurados y encerrados bajo llave por su extrema crudeza. Esta es una de las claves de la leyenda de Suicide Mouse. Según se dice, un empleado de la factoría Disney estaba revisando viejas cintas de dibujos animados con el fin de preparar un DVD para un aniversario, cuando se encontró con algo muy desagradable que no esperaba. Le pidió a un compañero suyo que hiciera el favor de visionar esa cinta. Su colega lo hizo y, tras caer en un repentino estado de depresión, se suicidó de un disparo en la boca.

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