Hace falta más humor: Así en el cielo como en la tierra

La película de José Luis Cuerda forma parte de una trilogía paradigma de humor absurdo.

Esta por delante en cuanto a calidad, y detrás en cuanto a fecha, de Total, una obra de una hora, que ha pasado casi desapercibida en la historia del cine y  que se estrenó en 1985. Contaba con el elenco de actores típicos de sus obras (Chus Lampreave, Agustín Gonzalez, Luis Ciges, Miguel Rellán, etc) y trataba de un Londres posapocalíptico en el año 2598, aunque en realidad hablamos de un Soria con 3 casas derruidas y un reparto de extraños personajes con características tan surrealistas como las historias que cuentan.

Marcó el inicio de esa comicidad tan característica del director José Luis Cuerda. De ese tipo de humor que ya sólo Muchachada Nui es capaz de hacer. De esa inteligencia en forma de risa que es tan simple que parece tonta. De la imaginación hecha carcajada.

Después de esto vendrían las obras que completarían su trilogía. Amanece que no es poco, en 1988. esa cinta en la que un ingeniero vuelvo a casa y se encuentra que su padre ha matado a su madre y para compensarle le regala un sidecar en el que van a recorrer mundo. Así llegan a un pueblo en el que se habla de Faulkner, hay elecciones a alcalde, maestro y puta del pueblo y algunos hombres crecen de la tierra. Lo más extravagante para mostrar el alma humana.

Sin duda Amanece que no es poco es la número uno en cuanto a calidad y originalidad de éstas tres. Sin embargo, Así en el cielo como en la tierra tiene un enganche más meditativo si cabe. La historia es que Dios decide que la Tierra está patas arriba y tiene que hacer algo para solucionarlo, así que pretende mandar a su hijo pequeño. Jesucristo, aterrado por los celos, le convence para que no haga eso pues se reescribiría la historia, así que al final deciden mandar el apocalipsis.

Una gran conversación de humor, solo humor, de la que, si queremos sacar algo más allá, podemos extraer una crítica a la falta de relativización de las cosas. Se trata del costumbrismo hecho cine y llevado al cielo. El pecado a la española y los españoles tal y como somos y nos comportamos tanto en el cielo, como en la tierra.

El medio de la cinta flojea un poco pero mantiene momentos de esos en los que el ataque de risa te entra sin saber bien ni cómo. Esa gracia que te hace lo ridículo, ese humor inteligente pero fácil que tanta falta nos hace hoy en día.

 

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