Los deportes acuáticos llevaron la fabricación de embarcaciones a un punto tecnológico sin precedentes, lo que dio paso a todo tipo de ingenios mecánicos cada vez más sofisticados.
Una de estas embarcaciones son las motos acuáticas o náuticas, que se manejan como una motocicleta de carretera. La mayor diferencia con los barcos es que en lugar de llevar montada una hélice el movimiento de propulsión lo genera una turbina. La potencia de estas barcas que se conducen como motos oscila entre los cincuenta y los trescientos cincuenta caballos y pueden llegar a transportar hasta cuatro personas.
Los grandes fabricantes de motocicletas de carretera y competición en pista, como Honda, Yamaha o Kawasaki también fabrican motos acuáticas.
Estas embarcaciones están consideradas como las más ecológicas de las máquinas acuáticas de motor, ya que su sistema de propulsión oxigena el agua y purifica las zonas de aguas abiertas o estancadas.
Las motos de agua que están equipadas con un brazo giratorio reciben el nombre de Jet ski, aunque originalmente eran una marca fabricada por la industrial Kawasaki, que empezó a fabricarlas a mediados de los años setenta aunque su éxito se generalizó en los noventa. Los primeros modelos solo podían transportar a una persona, pero en los ochenta se perfeccionaron los modelos añadiendo una segunda plaza con un espacio entre los asientos.
En la actualidad el deporte de las carreras de moto náutica tienen una gran cantidad de aficionados y de modalidades reguladas por diferentes organismos internacionales, determinando la potencia o el estilo en el que se incluyen determinados modelos o motores, algunas de las que se organizan en la actualidad están orientadas al mundo de los motores eléctricos.
Sea como sea, al igual que ocurre con los pilotos de motos de carretera o de cross, se necesita estar muy en forma para realizar carreras de alta competición también en agua.