Durante los últimos siglos las bolsas se han convertido en un elemento imprescindible a la hora de hacer la compra, o a la hora de transportar elementos que no solemos ubicar en un bolso tradicional.
Tanto mujeres como hombres llevamos décadas haciendo uso de las bolsas a la hora del ir al mercado, pero su uso se ha generalizado y se ha ido implantando en los países de diferente forma. A continuación, te contamos algunos de los formatos que se implantaron hace años y que supusieron toda una revolución.
Bolsas para Hacer la Compra que Revolucionaron el Sector
Hoy en día, dependiendo de la región del mundo, existen diferentes tipos de bolsas para comercios y negocios que cuando se crearon supusieron toda una revolución, desde los diseños de bolsas que cambiaron el hasta las bolsas de papel reciclado o las biodegradables que la legislación ha impuesto en nuestros supermercados.
Las bolsas nos acompañan en nuestro quehacer diario y nos facilitan la mayor parte de nuestras tareas cotidianas. Por ello, no está de más conocer cuáles han sido los diseños que han transformado nuestra forma de verlas.
Bolsas de tela:
Aunque se habían utilizado a lo largo de toda la historia, las bolsas de tela como las conocemos nacen en 1944 cuando una marca de artículos náuticos decidió lanzar una bolsa fuerte y robusta para marineros que pudiera aguantar grandes cantidades de peso.
La tela es un material barato, reutilizable, reciclable, muy resistente y arreglar sus desperfectos era bastante sencillo por lo que pronto pasó del ámbito marino a cobrar popularidad entre las mujeres, que en aquella época se dedicaban mayormente a hacer la compra.
No sería hasta 1960, de la mano de Bonnie Cashin, la madre del ready to wear y una de las pioneras en el uso del cuero en la moda, en la que estas bolsas dejarían de ser exclusivamente funcionales y comenzarían a embellecerse y a usarse en otros sectores sociales más privilegiados. Las bolsas de tela recubiertas de plástico de los supermercados, para ganar impermeabilidad, provienen directamente de esta tradición.
Bolsas de kraft o papel reciclado:
Aunque en España nunca han sido especialmente populares, en el norte de Europa y Estados Unidos todos los supermercados las utilizan.
Su diseño, al igual que las primeras bolsas de tela, es completamente funcional y su resistencia es bastante inferior a la de éstas.
Sin embargo son completamente biodegradables o reciclables por lo que es una de las formas más responsables de utilizar bolsas sin poner en peligro el medio ambiente.
Bolsas biodegradables:
Aunque parezcan bolsas tradicionales de plástico, la alternativa que se ha impuesto en los supermercados españoles en lugar de las bolsas de papel no proviene del petróleo. Para luchar contra la contaminación, estas bolsas están hechas generalmente de fibras de maíz o de patata para que se puedan compostar y vuelvan al medio natural.
El diseño de estas bolsas es similar a las que utilizábamos de plástico, en las que también primaba la funcionalidad sobre la estética. Son algo más caras de fabricar que las derivadas del petróleo y existen asociaciones ecologistas que se han manifestado en su contra debido a su huella ecológica.
El problema radica en que al necesitar plantaciones exclusivas para el uso de estas bolsas, queda menos superficie cultivable para alimentos, lo que los encarece, lo mismo que ocurre con los biocombustibles.
Bolsas de plástico duro:
Las bolsas de plástico duro como el PVC, se han popularizado como bolsas de grandes marcas por lo que presentan una estética más cuidada en el que la funcionalidad no es tan importante como la exclusividad. Suelen ir acompañadas de cordones y parece que, por el momento, se seguirán utilizando pese a ser bastante contaminantes.
Para mí las mejores son las bolsas de papel kraft, porque además de ayudar a conservar el medio ambiente, son muy resistentes.