Durante más de un siglo lo psicólogos estudian el efecto que algunas imágenes pueden tener en la percepción que el cerebro tiene de ellas. Son las llamadas ilusiones ópticas, imágenes que aunque pueden parecer deformes (como líneas rectas que parecen arqueadas o polígonos del mismo tamaño que parecen más grandes unos que otros, por ejemplo) o que representan dos o más cosas a la vez y a la vez ninguna en concreto.
Todos seguro que nos hemos encontrado alguna vez con este tipo de imágenes, ya que a menudo se han utilizado en portadas de revistas, carteles publicitarios o incluso en el medio natural (como los llamados espejismos, que también con una ilusión óptica). ¿A qué es debido este fenómeno? ¿Porqué vemos esas figuras de manera distorsionada o esas imágenes que parecen varias pero a la vez no representan ninguna?
Según los expertos las ilusiones ópticas se realizan ya en el primer nivel de la visión, por lo que a nuestro cerebro llega ya una imagen equivocada, que aunque después se sepa el hecho no es modificada, lo que produce que sigamos viendo la imagen de las misma manera equivocada.
Existen un número inmenso de ilusiones diferentes, de hecho que calculan más de doscientas, todas con dos aspectos en común: un medio comparativo próximo y un objeto que estimula la distorsión de otro que se ve afectado por dicha distorsión.
Por ejemplo, nos encontramos con dos líneas rectas que tienen la misma longitud, una paralela a otra, una tiene en cada uno de sus extremos unas puntas de flecha que van desde la punta hacia dentro, mientras que la otra tiene las puntas invertidas, es decir, de dentro hacia fuera. Eso produce una distorsión en la percepción que tenemos de las líneas que nos hace tener la ilusión de que una de las líneas es más corta que la otra, aunque las dos líneas sean en realidad igual de largas. Es lo que se denomina como fenómeno de los contrarios, y es una de las ilusiones ópticas más comunes.
