Se puede hablar mucho en cuanto a las figuras o al fondo de las imágenes, por lo que en cuanto a las interpretaciones psicológicas acerca de esto hay muchas y varían de la postura teórica adoptada. Sea como sea, nuestra mente verá lo que querrá ver (como en la película “Sexto Sentido”) y siempre organizará la información de las formas que mejor le parezcan.
En las figuras que se muestran, aparecen dos situaciones totalmente diferentes pero que poseen las mismas características desde el punto de vista perceptivo. Tanto el jarrón, que al mismo tiempo pueden ser dos rostros, o los labios, que también podría ser la silueta de una mujer, ejemplifican los conceptos mencionados anteriormente. Lo importante acá es reconocer que, mientras existe una figura, el resto sólo será fondo. Este sólo concepto resulta potencialmente atractivo para quien desee superar sus problemas emocionales, puesto que es la premisa adoptada por muchos terapeutas sobre todo del enfoque humanista. Por ejemplo, una ruptura sentimental que cause en la persona una profunda tristeza, en lo inmediato se transformará en el elemento “figura”. Probablemente se acueste llorando y pensando en la pena que la situación le causa y a la mañana siguiente despertará pensando en lo mismo. Pero, a medida que pasan los días, esta situación ya no será figura y paulatinamente se transformará en el fondo. En el caso de las depresiones, la situación que conforma la figura se quedará allí atascada por más tiempo del debido y llevará a la persona a un estado emocional para nada saludable. ¿Es lícito suponer, entonces, que las depresiones configuran también sólo una ilusión óptica?
