Un tipo de ilusiones ópticas que llama la atención en gran manera son aquellos dibujos que tienen la capacidad de hacernos creer que las figuras se mueven, a veces hasta el punto de llegar a marear. En una gran cantidad de ocasiones los dibujos los conforman una serie de círculos y pequeños polígonos colocados de manera estratégica con el propósito de engañar a nuestra vista y a nuestro cerebro. Ruedas que se mueven solas, líneas que se arrugan y se contraen…
Algunas veces es necesario que miremos un punto en concreto del dibujo para en seguida ver como las imágenes se ponen en marcha como por arte de magia, y si dejamos de mirar se paran de nuevo. Flores cuyos pétalos se mueven creando una coreografía, ruedas que giran dentro de ruedas que giran al contrario unas de otras son tan solo algunos de los ejemplos de las imágenes de las que estamos hablando. Nos da la sensación de estar viendo un vídeo que no tiene fin y que sigue y sigue aunque en ocasiones tratemos de pararlo, dando órdenes a nuestro cerebro para que nuestros ojos dejen de ver lo que sabemos que no está ocurriendo.
Pero no, o nuestro cerebro ha decidido unirse al engaño o ha dejado de funcionar, lo que nos hace preguntarnos: ¿me estaré volviendo loco, me han hipnotizado o es que estoy equivocado y en lugar de pensar que estoy delante de un dibujo el que se mueve soy yo…? No sé, estoy muy confuso…
En algunas ocasiones incluso nos da la sensación de que las figuras en cuestión cambian de color continuamente y hasta puede que no seamos capaces de identificar el verdadero color que tienen las figuras, porque no dejan de moverse y bailar delante de nuestros engañados ojos. O tal vez seamos nosotros los que no dejamos de bailar delante de esos dibujos…