Siguiendo hablando de cuando la visión se convierte en una ilusión, podemos decir que las ilusiones ópticas no son iguales para cada persona, normalmente varían de acuerdo a las limitaciones que se puedan tener, como sucede con las enfermedades ópticas, como el daltonismo, astigmatismo.
La óptica de la percepción es dividida en 4 categorías: forma, espacio, color y contraste, movimiento. Estas pueden ser apreciadas con frecuencia, en pinturas, grandes artistas como Dali, Escher y Duchamp incluían en sus obras elementos ilusorios que con su característico surrealismo, manejaban la perspectiva generando misterio y gran atención a los espectadores.
El cine con sus efectos especiales es un perfecto ejemplo de las ilusiones ópticas, usando como herramienta la perspectiva forzada, la cual nos permite ver majestuosos escenarios con maravillosos colores y diseños, que en realidad solo se trata de pequeñas maquetas. Otra de las ilusiones ópticas que nos brinda el cine, es la sensación de movimiento que nos genera la serie de fotografías que proyectadas, conforman una película.
Sin embargo, algunas ilusiones suceden por razones naturales, como el espejismo inferior. Este surge cuando la luz refracta sobre una capa de aire que fluye sobre una superficie muy caliente, el fenómeno refleja los objetos debajo de los mismos. El aire recalentado refleja el cielo, esto, mas el esfuerzo visual combinado con la deshidratación que puede estar sufriendo el observador, normalmente genera las historias de haber visto ríos y lagos donde realmente no existen.
