¿Tres en la cama son una multitud? En caso de que ese tercero en discordia sea una persona parece ser que sí, sin embargo, cuando ese compañero es un smartphone se convierte en un elemento más que resta romanticismo a un momento de intimidad en pareja.
Un estudio realizado por Jumio muestra que el 20 por ciento de los jóvenes consulta su Smartphone mientras hacen el amor. Un dato que debería hacer pensar en cómo las tecnologías condicionan de una forma negativa la vida de tantas personas que no saben marcar distancia y desconectar.
Hablar por teléfono al volante
El 55 por ciento de los encuestados habla por teléfono mientras conduce cuando en realidad, está totalmente prohibido por una cuestión lógica de seguridad. Cuando una persona conduce tiene la responsabilidad de centrarse en la carretera para saber por dónde va. Estos datos deberían servir para hacer autocrítica.
El teléfono en los actos religiosos
La dependencia hacia el teléfono móvil es tal que las personas lo utilizan en los lugares más insospechados. Por ejemplo, en la ducha. E incluso, el teléfono móvil se convierte en un elemento imprescindible en los actos religiosos. De hecho, es frecuente escuchar algún teléfono sonando mientras el sacerdote da su sermón en misa.
Las personas tienen dificultades incluso para disfrutar de su tiempo de ocio. Cada vez son más los espectadores que están viendo una película en el cine y miran en varias ocasiones su teléfono para ver si hay alguna novedad.
Estos datos muestran una clara dificultad para que el hombre del siglo XXI se concentre en el aquí y en el ahora ante su deseo de abarcar más de lo que puede en realidad. La dependencia hacia las tecnologías muestra una especie de omnipresencia que es realmente agotadora.
Fuente: Marketing Directo
