Detalles de las Fiestas de San Fermín en Pamplona, una fiesta masificada que muestra el efecto de la euforia colectiva.
La felicidad que se respira en Pamplona
San Fermín no es una fiesta del desenfreno aunque en el imaginario colectivo exista esa imagen de la ciudad cuando no se conocen las fiestas y se valoran a partir de los estereotipos. Evidentemente, sí hay personas que viven las fiestas con desfase de alcohol. Sin embargo, tristemente, esto no es algo exclusivo de San Fermín sino de una forma de ocio que acompaña a muchas fiestas de pueblos y ciudades que se producen a lo largo del verano.
Sin embargo, algunos medios de comunicación muestran una imagen muy localizada de la fiesta, muy subjetiva. San Fermín es una fiesta que integra a toda la familia. Y si hay algo que diferencia a San Fermín es que su fiesta no solo se vive por la noche sino que las calles de Pamplona están muy vivas durante el día con una rica programación de actividades que convierten a esta pequeña ciudad en el hogar del mundo durante nueve días de entretenimiento, diversión y turismo.
San Fermín es un ejemplo de ocio masificado en la forma de vivirlo. El propio chupinazo es un ejemplo de cómo la diversión se vive en medio de la euforia colectiva, es decir, como se produce un efecto contagio de la alegría y las emociones durante nueve días en donde la ciudad y la gente parece transformarse para conectar únicamente con el lado optimista y vital de vivir el presente en contacto con emociones alegres.
Y, sin embargo, a pesar de la masificación presente en las fiestas de San Fermín, la fiesta se diversifica dependiendo de la zona y cada persona puede encontrar su propia forma de vivir la fiesta. Su propio lugar para encontrar su zona de confort emocional. Para quienes buscan un ambiente más tranquilo también pueden encontrarlo.
Tradición y cultura
Para los navarros, San Fermín es una fiesta que conecta con la tradición. Por esta razón, son muchos los momentos en los que es difícil no emocionarse ante actos con significado cultural. La imagen del turismo masivo también transforma Pamplona durante nueve días. Los jardines se llenan de gente ya que muchos turistas duermen en la calle durante las fiestas. Esto también trae un efecto negativo de suciedad.
Sin embargo, más allá de esa sensación de caos que acompaña a una ciudad que multiplica su población durante las fiestas, la armonía está presente gracias al trabajo constante de tantos profesionales que durante estos nueve días trabajan más que nunca para que la fiesta siga su ritmo y gracias al espíritu lúdico de los participantes en la fiesta que conectan con el objetivo de disfrutar y pasarlo bien.
No a las agresiones sexistas
Es decir, San Fermín también se nutre de la actitud de todos aquellos que se acercan hasta la fiesta. Lo importante es no olvidar que el respeto es esencial en la forma de vivir la fiesta. Por esta razón, un año más, Pamplona recuerda el rechazo a las agresiones sexistas.