El blogero debe usar un lenguaje cercano y directo, acostumbrándose a utilizar la primera y segunda persona del singular en tu texto cuando te refieras a si mismo y al lector. Pasando en limpio se escribes para uno sólo (el lector que está leyendo en ese preciso momento) y no para muchos a la vez. Este estilo de escritura es mucho más directo y, además, se personaliza la interacción entre el redactor y el lector, logrando así que la lectura parezca una conversación entre dos amigos.
Al momento de terminar con la entrada al blog, se debe colocar un breve mensaje que incite a los lectores a compartir el post, bastando con decir que sería agradable que lo compartieran con sus amigos vía Facebook o Twitter.
Esta herramienta es muy efectiva porque a mucha gente a la que le haya gustado lo que ha leído no dudará en devolver el favor de hacerles pasar un buen rato compartiéndolo con los demás y propiciando que poco a poco el post se vuelva viral. Nunca olvidarse de colocar los botones de Twitter y Facebook debajo de cada post.
Con respecto a la optimización en el tema de SEO, las etiquetas deben estar bien optimizadas, ricas en palabras o frases claves. Siempre es importante que las etiquetas contengan las palabras claves que han sido utilizadas en el título, ya que cuando Google no consigue frases en el texto que sean relevantes para la búsqueda se apoya entonces en estas etiquetas, por lo que es sumamente importante tenerlas bien estructuradas.