Para gustos están los colores pero ayer fui al cine a ver la película La gran estafa americana y lo cierto es que me aburrí bastante y tuve que hacer esfuerzo para aguantar hasta el final fijando la atención en el universo ficticio de la pequeña pantalla.
La gran estafa americana cuenta con un buen marketing y muchas nominaciones a los Oscar lo que hace que el espectador tenga mayores expectativas todavía cuando acude a ver la cinta.
Argumento de La gran estafa americana
Sin embargo, el argumento resulta poco atractivo desde el principio. Ni siquiera el papel de actrices de moda como Jennifer Lawrence logra salvar el producto.
La actriz da vida a una excéntrica ama de casa con problemas con alcohol que mantiene una infeliz relación de pareja con un hombre que es estafador profesional y que a su vez, tiene una amante con la que comparte negocios y habilidades con el engaño. Uno de los puntos destacados de la película es el vestuario que ha servido para crear una perfecta ambientación de esta película situada en el pasado.
Esta pareja de estafadores profesionales acaban siendo pillados por la policía y se ven en la obligación de colaborar con un caso. La gran estafa americana es una película que aspira a producir tensión en el espectador que debería sentir curiosidad por desvelar la intriga. Pero es algo que no se consigue en ningún momento porque la cinta resulta en muchos momentos demasiado artificial y surrealista.
David O’Russell el director de la película que también destacó el año pasado con El lado bueno de las cosas, ha vuelto a confiar en esta ocasión en algunos de los actores que le acompañaron en aquella ocasión, Jennifer Lawrence protagonista de Los juegos del hambre y Bradley Cooper protagonista de Cruce de caminos. Dos nombres que también son una buena campaña de marketing para promocionar la historia. Una historia que no es para tanto como nos quieren hacer creer.
