¿Quién dijo que las casas tienen que ser de ladrillo?

Te presentamos las mejores y más originales viviendas realizadas con los más curiosos materiales.

Mientras unos buscan los departamentos perfectos en el lugar perfecto, otros invierten su tiempo en buscar el material más dispar para ello.

Por ejemplo, tenemos la casa hecha de papel que se encuentra en el norte de Boston. Tiene absolutamente todo hecho o cubierto con papel de periódico hasta tal punto que el hogar se ha convertido en centro de atención turístico. Fue construida en 1929 por Elis F. Steman y, con ayuda de toda su familia, fue terminada en siete años. Usaron para ello más de 100.000 periódicos que se convirtieron en pasta para hacer muebles y también muros. La capa exterior de algunas de las paredes aún puede leerse. La única parte que no es de papel es el techo (sino no estaría la casa en pie) y el porche. Algunos muebles también son convencionales pero por supuesto se encuentran forrados.

Con un matiz un poco más reivindicativo esta creada esta la casa llamada del Billón de euros. En Dublín un artista irlandés la ha construido como “homenaje a la locura” que se apoderó del país con el boom inmobiliario al entrar en la zona euro. Se trata de billetes triturados (viejos o decomisados, sin valor) que Frank Bukcley ha utilizado para forrar paredes y suelo, con tanta efectividad que hasta puede dormir en él. Además la decoración es con monedas y acaba de terminar de adecuar también la cocina a esta nueva estética monetaria.

También muy ecológico es el proyecto de casas hechas en Nigeria donde en lugar de ladrillo se utilizan botellas de plástico. Cada casa, con salón, baño, dormitorio y cocina, está hecha con 7.500 botellas rellenas de arena (para darles consistencia). Este material, aparte de ser más resistente que otros más tradicionales, aísla mejor el calor y reduce los costes de fabricación a casi un tercio. El plástico puede tardar hasta 1.000 años en degradarse así que la idea de hacer algo útil con él es buena se mire por donde se mire. De hecho, en otros países del mundo ya se están llevando a cabo planes parecidos.

Y la casa que todo niño, y no tan niño, en el mundo querría tener pero que no pudo ser es la que se hizo en Inglaterra construida íntegramente con Lego. James May hizo una casa de dos pisos con la ayuda de 1.000 voluntarios y usando tres millones de piezas de Lego. Al no encontrarse en terreno seguro y tener un coste de transporte demasiado caro tuvo que ser derribada para pena de todos aunque, eso si, como en todas, queda el documento gráfico de lo que fue.

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