En una era donde la mayor parte de las interacciones interpersonales se realizan vía mail o webcam, no resulta extraño el surgimiento de una nueva patología: la Ciberadicción o el Trastorno de Adicción a Internet (conocido por sus siglas inglesas IAD, relativas al Internet Addiction Disorder).
Este trastorno moderno, descrito por primera vez en la década de los 90’ por investigadores estadounidenses; agrupa una serie de conductas patológicas en relación al uso excesivo o problemático de Internet por medio de diversos gadgets tecnológicos (tabletas, teléfonos, ordenadores, tvs, etc.) y tiene las mismas repercusiones y dificultades que cualquier otra adicción.
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Síntomas de una patología novedosa
Aquellos que padecen este trastorno de tipo obsesivo suelen tener un perfil similar: tienen más éxito con las máquinas que con las personas, son (o fueron) excluidos socialmente de diversos grupos y sienten que la red es la vía de escape a todos sus problemas. Los ciberadictos pasan más tiempo conectados al mundo virtual que al real, y lo prefieren de ese modo.
Es común que esta obsesión conlleve también otros vicios, como los juegos y apuestas en línea, ciber romances y pornografía virtual. Asimismo, la cantidad de horas que el ciberadicto permanece sentado frente a la pantalla implican un deterioro de sus condiciones de higiene y de salud.
Tratamiento y rehabilitación
El proceso de recuperación es lento y arduo, requiriendo el previo reconocimiento por parte del ciberadicto y su deseo de salir de ese lugar. El apoyo de su familia y afectos será crucial, ya que sin ellos es difícil que logre recuperarse. Será necesario juntar coraje y fuerza de voluntad para abandonar este trastorno que es tan destructivo tanto para el adicto como para su entorno.