Kyle Johnson, un estadounidense de 25 años, sufrió hace dos meses un accidente de monopatín que le provocó un profundo coma.
Cuando ingresó en el hospital los médicos le concedieron muy pocas posibilidades de sobrevivir, ya que se había partido el cráneo por varios sitios distintos y sufría una hemorragia interna importante.
Cuando esta hemorragia fue demasiado grande, los médicos decidieron someterle a una cirugía en la que se le debían extraer las dos partes laterales del cráneo. Esta es una operación muy complicada que sólo se utiliza en ocasiones realmente desesperadas.
Permaneció en esta curiosa situación durante dos semanas, hasta que le bajó la inflamación en el cerebro. Durante este tiempo, los médicos del hospital conservaron las dos partes del cráneo congeladas para evitar su deterioración. Cuando cesó la hemorragia, se le volvieron a colocar y hoy Kyle puede volver a tener una vida normal.
que feo lo que le paso pero lo bueno que puede vivir normal.