El brote de coronavirus y la carrera entre las principales potencias políticas y económicas para alcanzar una vacuna, han vuelto a poner sobre la mesa discusiones acerca de cuestiones conspirativas. En Curiosidades Curiosas siempre estamos interesados en conocer los secretos y verdades del mundo, y hoy recorremos algunas de las teorías conspirativas que terminaron siendo verdaderas. ¿Se trata de grupos científicos clandestinos que defienden teorías falsas? ¿De verdad hay conspiraciones entre laboratorios y científicos aclamados y premiados que buscan engañar a la población? Exploramos un poco el alcance de algunas de estas teorías conspirativas que finalmente resultaron ser verdad y sorprendieron a la población.
El condicionamiento mental con psicodélicos de la CIA
La Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) tiene un historial muy extenso en operaciones encubiertas. Al mantener sus objetivos y métodos en secreto, la CIA ha sido una de las agencias gubernamentales más mencionada en teorías conspirativas de diferente envergadura. Uno de los proyectos más extendidos es el denominado MK-Ultra, que se desarrolló entre los años 1953 y 1964.
El ensayo consistió en realizar experimentos con 150 seres humanos, a los que se les administraron una serie de drogas psicodélicas en proceso de investigación y ningún tipo de consentimiento. El objetivo final del proyecto era desarrollar sustancias que permitieran luchar contra la Unión Soviética, utilizando sueros de la verdad con los espías o para condicionar a sujetos introduciendo recuerdos artificiales y respuestas inconscientes a distintos impulsos.
El tabaco mata, y los empresarios lo ocultaron
En la actualidad, las personas pueden fumar sabiendo a que riesgo se enfrentan. En el pasado, lo hacían engañados ya que las empresas tabacaleras ocultaban en sus publicidades cualquier tipo de daño o acción nociva de esta sustancia sobre el organismo. En los años 60, lo más frecuente era ver publicidades donde se decía que el tabaco era bueno para la salud. Posteriormente, la ciencia demostró que fumar hacía daño, y las publicidades empezaron a tener mensajes subliminales y hablar de los beneficios y la sofisticación de fumar, pero sin aludir directamente al tabaco
En la actualidad, las marcas están obligadas a avisar a los compradores, acerca de los riesgos que ocasiona fumar. A tal punto, que en 2006 una jueza de Estados Unidos acusó a las tabacaleras de una conspiración.
El azúcar culpó a la grasa de todos los males
Algo parecido al tabaco sucedió con el azúcar. También por los años 60 y 70, salieron estudios científicos que analizaban como las grasas saturadas y el azúcar influenciaban negativamente la dieta. Pronto los azúcares fueron descartados, y la ciencia empezó a echarle la culpa de todos los desequilibrios alimenticios a las grasas saturadas. Sin embargo, con el tiempo se demostró que una editora de la revista Science y un profesor de Hardvard que realizaban estas investigaciones y publicaciones, mantenían correspondencia con la Fundación para la Investigación del Azúcar, ocultando los verdaderos resultados de los estudios para proteger sus beneficios económicos. De allí que la conspiración para ocultar los verdaderos efectos del azúcar en la dieta, haya sido una gran sorpresa para millones de personas.