En las películas o los dibujos animados de hace unos cuantos años, los coches voladores eran sinónimo de futuro; de una sociedad sofisticada en la cual, los coches de ruedas formaban parte del pasado. Quizá los coches que ruedan pegados a tierra firme, los que todos conocemos, no desaparezcan nunca del mercado. Pero lo cierto es que los coches voladores ya están aquí.
A lo largo de los últimos años ha habido intentos en este sentido, si bien, el principal obstáculo ha sido la imposibilidad de comerciar en masa aparatos cuya fabricación resulta demasiado costosa. En el caso de que hoy hablaremos, y que tiene como protagonista a la empresa holandesa PAL-V, el coche volador que se prevé salga al mercado durante los próximos años, quizá en el 2014, costará a partir de los 250.000 €; o sea, quien pueda comprarse un Rolls Royce, un Bentley o un coche de ese nivel, podrá adquirir el flamante coche volador de PAL-V.
Lo cierto es que PAL-V aún no ha dado con los patrocinadores e inversores que se embarquen en la apasionante aventura de comercializar un coche volador. Por el momento sólo existen los prototipos, que, por cierto, no han dejado indiferentes a los aficionados al mundo del motor y de la aeronáutica. Por primera vez, los dos mundos se unen en uno solo.
Por otro lado, para poder conducir el coche volador de PAL-V se precisarán dos tipos de canet: la licencia de conducción común y otra para vuelos privados.
El prototipo exhibido alcanza una velocidad en tierra de 180 km/h. Tres ruedas y un aspecto liviano y aerodinámico le confieren un curioso aspecto a medio camino entre motocicleta, automóvil y un helicóptero en miniatura. Su vuelo en aire se podría comparar al de un autogiro o girocóptero. La velocidad en aire sería similar a la de tierra, y su autonomía de vuelo fluctuaría entre los 350 y los 500 km.
