¿Porqué gustan tanto las motos?

Desde niños cuando montábamos en triciclos nos gustaba imaginar que conducíamos una potente máquina con la que competíamos y ganábamos grandes premios.

Cuando ya podíamos montar en bicicleta seguro que la mayoría pedaleaba todo lo deprisa que podía para sentir el aire en la cara.1D4B2D04AC184B281D30254B280984

Por eso es lo más habitual que si ya somos mayores y nos lo podemos permitir hagamos lo posible por conseguir una motocicleta. Y si no es posible, nos conformamos a veces con verlas por la calle o por la televisión.

 ¿Porqué nos gustarán tanto las motos?

Bueno, una de las razones tal vez sea por la sensación que genera sentir cómo nos golpea el aire cuando circulamos a gran velocidad, y otra tal vez se derive de la sensación de libertad y control que nos proporciona conducir una moto, que resulta mucho más versátil y manejable que un coche.

Montar en una moto, equipado con la ropa adecuada, nos hace sentirnos como caballeros medievales que montaban en sus caballos con sus armaduras relucientes y sus yelmos. Tal vez esa sea otra razón por la que montar en moto nos genere una sensación mucho más excitante que la de conducir un automóvil, a todos nos gusta sentirnos como caballeros andantes en busca de gestas heroicas con las que soñar que somos poderosos y que podemos ganarnos el amor de la doncella (o el doncel) en apuros.

Nos ataviamos con nuestro mono, nos colocamos el caso y subimos a nuestra montura, que nos hará sentir una vez más que podemos hacer cualquier cosa siempre que vayamos cabalgando sobre ella.

Esta sensación de poder, de libertad y de romanticismo no nos debe hacer olvidar que lo que llevamos bajo las piernas es una montura peligrosa, que como un caballo salvaje se puede escapar de nuestro control. Manejemos nuestras motos con responsabilidad.

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