Aquí tenéis una ilusión óptica muy sencilla. No hay círculos superpuestos o perspectivas engañosas o colores que nos despisten.
Lee la frase del cartel con atención. ¿Ves algún problema en ella? No, no nos referimos al hecho de que hayan abandonado al pobre pajarito en el nido.
Fíjate bien y responde: ¿cuántos “el” aparecen en la frase?.
Sorprendente. ¿Cómo es que no te fijaste la primera vez que leíste la frase? En realidad sí que viste todos los “el” que había escritos, lo que ocurre es que tu cerebro trabaja mucho mejor de lo que te imaginas.
En lo que a lectura se refiere, nuestro cerebro tiene la increíble capacidad de “adelantarse” a nuestros ojos. No es una afirmación realmente cierta, pero sirve para que entiendas mejor la explicación de esta ilusión óptica.
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Nuestros ojos captan las letras, pero es el cerebro el que las interpreta, el que las da un sentido. Pero no sólo utiliza la información visual que le llega, sino que la complementa con lo que ya ha aprendido. El resultado es que nuestro cerebro “lee” lo que considera que debe estar escrito, no lo que está escrito de verdad.
En este caso, parece que se nos ha escapado un “el”, pero no es así: el cerebro considera, por su cuenta, que hay un “el” de más y lo ignora. Sólo cuando le “obligamos” (cuando nos fijamos bien al leer), da su brazo a torcer y reconoce que hay dos “el” en la frase.
