The Witcher fue un magnífico ejemplo de cómo adaptar una obra literaria a un videojuego de una forma que resulte interesante tanto para conocedores de la obra original como para los no familiarizados de ella. Hacer justicia a los cinco fantásticos libros -más las historias cortas- que componen el cuerpo de la obra basada en «El Lobo Blanco» -no confundir con Elric, ya que ambos personajes comparten apodo- no era tarea nada fácil, pero los líderes del proyecto eran también grandes aficionados a las historias de Andrzej Sapkowski y además sabían que era una gran oportunidad de dar a conocer a un nuevo público las obras del autor polaco -lo que también tiene un punto de orgullo patrio dado que el estudio es de allí-. No desaprovecharon la oportunidad y crearon un gran juego y una gran interpretación digital de Geralt. Además de eso, el gran soporte dado al juego -con dos importantes actualizaciones totalmente gratuitas- ha permitido que el título haya superado el millón de unidades vendidas y se haya convertido en un destacado para los amantes del género.
