Aunque esta costumbre ya no se lleve a rajatabla, cuando perdemos a un ser querido (sea un familiar, un amigo, etc.) nos vestimos de negro, si no totalmente, al menos sí con alguna prenda de ese color.
En realidad, el color negro no se asocia al luto en todas las culturas, si no que cada una tiene su color para manifestar el duelo por una muerte. Esto se debe a que los colores nos afectan psicológicamente y nos producen determinadas sensaciones, que varían según la cultura. De hecho, un mismo color puede expresar sentimientos totalmente opuestos según el país en el que estemos.
Así, en Japón y en la mayor parte de los países islámicos, es el blanco el color usado en el luto porque se asocia a la muerte.
En la cultura occidental el color negro se asociaba con el misterio de la muerte y lo que puede suceder después. La naturaleza humana teme a lo desconocido y lo desconocido es oscuro, negro.
De esta manera, el negro se adoptó para confundir a los muertos y evitar cualquier posible encuentro desagradable.
Con el tiempo, el simbolismo del color negro fue cambiando hasta convertirse en una forma de respeto y manifestación de dolor.