La Guerra de las Galias fue una de las más importantes libradas por Julio César en su rol de procónsul romano. Se desarrolló entre los años 58 antes de Cristo y 51, y tuvo como contendientes a los ejércitos de la República Romana y de las tribus galas. El resultado final de esta contienda fue el sometimiento de la Galia, que se extendía desde el Mediterráneo hasta el canal de la Mancha, a las directrices de la poderosa República militarizada de Roma.
La justificación
Julio César justificó la invasión a la Galia como una acción defensiva de tipo preventivo, pero una gran parte de los historiadores concuerdan en una realidad diferente. La Guerra de las Galias habría sido el motor para potenciar la carrera política del general y saldar sus grandes deudas.
El propio Julio César habló acerca de la importancia de esta guerra en un libro llamado ‘Comentarios a la guerra de las Galias’, la principal fuente histórica sobre esta campaña. Además, es la pieza escrita más importante que se conserva del general, y una excelente demostración de propaganda política ya que a través del texto Julio César buscaba ganar adeptos. Por otra parte, las tropas empleadas para la campaña de 7 años en las Galias fueron las mismas que acompañaron a Julio César cuando marchó sobre la capital de la república.
La clave estratégica para la victoria
El análisis de las curiosidades de la Guerra de las Galias da cuenta de la gran astucia y la importancia de la estrategia que llevó adelante Julio César para ganarle a las diferentes tribus. Utilizó muy hábilmente la astucia política para posicionarse del lado de tribus específicas durante los conflictos internos, aprovechando esas divisiones para avanzar y debilitar a sus oponentes.
Además, los romanos supieron cómo hacerse con la información necesaria para conocer las fortalezas y debilidades de cada tribu, y luego atacarlas con ayuda de los propios galos que pensaban estar siendo ayudados a cumplir con sus ambiciones propias. Finalmente Roma terminaría desbaratando los intentos de las tribus individuales, pero antes aprovechó su apoyo para ir debilitándolas una por una.
Otro factor determinante en la victoria romana fue el entrenamiento militar. Los soldados romanos tenían mayor habilidad en la guerra y en las tácticas de combate. Los galos, si bien eran numerosos, no poseían la flexibilidad y la disciplina de los romanos.
La valentía y el arrojo de los galos eran características notables y muy admiradas por parte de los soldados romanos, pero su falta de disciplina y ordenamiento los hacía fáciles de derrotar a través del uso de tácticas de combate. La falta de cohesión en el ataque los volvía vulnerables, y así fue que finalmente los romanos terminaron sometiéndolos pese a que en número eran muy superiores los galos.
Estas son algunas de las características que hacen al entendimiento de la Guerra de las Galias, uno de los enfrentamientos más importantes de la historia romana y de la figura de Julio César. Indispensable para entender cómo llegó a reunir tanto poder y prestigio entre los romanos que lo terminarían apoyando en su concentración de poder.