La Navidad es una época del año muy familiar, sin embargo, el hecho de estar con los seres queridos de una forma tan intensa también tiene un alto coste añadido.
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La Navidad es una época en la que al convivir más tiempo, se producen más separaciones y problemas de pareja. Ese malestar que se ha arrastrado a lo largo del año se vuelve insostenible durante estas fechas.
Existen personas que sufren una depresión navideña, es decir, una tristeza evidente ante la añoranza de los seres queridos que ya no están, la sensación de vacío que causa el consumismo propio de la sociedad actual y la añoranza de las navidades infantiles.
Existen personas que tienen un exceso de expectativas en Navidad, es decir, se crean demasiadas ilusiones ante la idea de que todo tiene que ser perfecto en esta época del año. Por ello, conviene entrenar la frustración de entender que los conflictos forman parte de las relaciones personales.
En los últimos años, teniendo en cuenta que a la Navidad le empiezan a surgir enemigos, crecen nuevas formas de vivir esta época del año. Una de las más habituales es viajar para poder cambiar de aires, conocer otras culturas y salir de la rutina.
Mientras que el materialismo es la tónica habitual en muchos hogares, la crisis económica en España ha marcado una auténtica tragedia: en muchas casas, no se ha celebrado la Nochebuena al no contar con recursos para preparar un evento familiar.
La Navidad llega a su fin, y muchos son los que dan la bienvenida a la rutina con mucha ilusión por todo lo negativo que queda atrás.