Un edificio de 13 pisos se desplomó en Shangai, China, pero no se vino abajo verticalmente, como suele suceder, sino que se giró describiendo un ángulo recto y quedando “acostado” en el terreno sobre una de sus fachadas.
La edificación cedió en sus cimientos al parecer por acción del agua de lluvia que debilitó las fundaciones y produjo el derrumbe. Por su puesto, los expertos encontraron que la construcción era defectuosa en los materiales utilizados y dijeron, también, que las bases del edificio estaban ubicadas muy cerca del un río, el peso del edificio hizo que la tierra cediera.
Siendo así, sus habitantes, unas 60 personas que se encontraban durmiendo mientras sucedió el hecho, despertaron, por los suelos al caer de sus camas. Diez de estas personas eran mujeres embarazadas. Sólo una persona resultó muerta.
Lo impactante es que la fachada del edificio quedó intacta, no se desmoronó, inclusive sus detalles estéticos y arquitectónicos quedaron perfectos.
Para colmo de males el edificio estaba rodeado de otros similares que formaban un conjunto residencial en la urbanización Lianhuanan. A pesar del peligro y del riesgo de la situación a los otros edificios no les pasó nada aunque las autoridades ordenaron una investigación para conocer si las edificaciones circundantes tiene los mismos defectos en su construcción y evitar que otro siniestro vuelva a suceder.
