Hay muchas maneras de contar una misma historia. Porque Planet 51 es eso, la historia de siempre…La originalidad, o no, radica en que, en esta ocasión, la cuentan al revés. Un terrícola llega a otro planeta lleno de muñequitos verdes con cuatro dedos. ¿Quién es el alien entonces? Es una de las preguntas del principio. Cuando se plantea la idea Y a partir de ahí, un montón de guiños a varias cintas de extraterrestres, desde la guerra de los mundos hasta ET. Eso te hace sonreir. Como también lo hacen algunos personajes que resultan entrañables, como rover, el robot que… también me recuerda a algo…¿será a Wall-e?
Marcos Martínez y Javier Abad son los codirectores, y el director Jorge Blanco, Nombres españoles para una película con un presupuesto muy poco español: 55 millones de euros, record en nuestro país. Y eso se ve reflejado en lo maravilloso de los efectos visuales, el diseño de los personajes, el volumen, la profundidad…la animación en definitiva, que parecía ser monopolio exclusivo de la industria cinematográfica estadounidense.
En cuanto al guión no es brillante, como apuntaba el hecho de que viniera de la mano de Joe Stillman, el que puso los diálogos a Shrek. Es un poco superficial y mantiene a los personajes un tanto planos. Pero no por eso deja de ser entretenida. Te ríes, te lo pasas bien, a los niños seguro que les gusta… y los mayores, si no son demasiado duros en su opinión, como lo ha sido la crítica especializada, seguro que disfrutan.
