Hoy en día el conocimiento que se tiene sobre la homeopatía en España es escaso si lo comparamos con otros países europeos, como la vecina Francia o incluso Alemania o el Reino Unido. Normalmente esta terapia se asocia a lo natural, pero esta es una idea equivocada porque los medicamentos homeopáticos usan distintas sustancias en su elaboración, y algunas de ellas no son naturales. Así, además de emplear plantas, también contienen sustancias de origen animal, mineral o elementos de síntesis.
Otro interrogante sobre el que se plantean bastantes dudas es para qué se usan los medicamentos homeopáticos. En este sentido, la respuesta es muy amplia pues su utilización es muy variada, es más se pueden aplicar para la mayoría de las enfermedades comunes, como por ejemplo gripe, afecciones que afectan al oído, la nariz o la garganta, trastornos digestivos, estrés, insomnio, dolores de dientes en los niños, irritaciones en la piel, dermatitis…
Uno de los trastornos para los que más se usa la homeopatía es precisamente la gripe o los catarros, de hecho entre los medicamentos homeopáticos más demandados destaca por ejemplo Oscillococcinum, sobre todo, por los buenos resultados que ofrece a la hora de abordar este problema tan común en los meses de más frío.
La homeopatía se puede usar al mismo tiempo como complemento de otros tratamientos y además es una opción que resulta interesante en los pacientes crónicos. Como apenas tiene efectos secundarios, en estos casos donde los enfermos suelen estar polimedicados constituyen un alivio cuando se producen incompatibilidades. Además, en las enfermedades crónicas estos medicamentos contribuyen a restablecer ese equilibrio que en estas situaciones suele encontrarse más alterado de lo normal.
Otra de las características que define a la homeopatía es que estudia al paciente y sus síntomas de forma individual. Es decir, en su consulta el médico homeópata va a hacer un análisis completo de su paciente teniendo en cuenta no sólo su enfermedad, que también, si no otros aspectos relacionados con el estilo de vida y la forma de ser del individuo. Y este es, sin duda, otros de los elementos diferenciadores de esta terapia.
