Invasión de superhéroes en el cine

La plaga de superhéroes en la gran pantalla parece no tener fin.

Se trata casi de una exigencia humana: la vida de hoy día es tan caótica que necesitamos a alguien que ponga orden. Y lo buscamos hasta en el cine, donde ya sabemos que no es real, que es sólo un personaje con superpoderes que levanta una ciudad, un estado, un país o el mundo entero del más absoluto descontrol creado a su vez por otro personaje, igual de irreal, que se está dedicando a hundir esperanzas, sueños e ilusiones. Búscamos desaforadamente que ese superhéroe cobre vida, salga del telón donde se proyectan las imágenes y nos saque a todos de las miserias que, de una manera u otra, rodean nuestras vidas. ¿Es por eso que el mundo del marketing, tan atento a las necesidades humanas, o a hacernos creer que tenemos esas necesidades, está invadiendo nuestra alternativa al mundo real de superhéroes?

Sea por el motivo que sea, lo que si es cierto es que lo están haciendo bien. Que los vengadores han roto hasta con las más optimistas de las expectativas, que ya se está preparando, lista ya casi para salir, su secuela, que Spiderman es más esperado que nunca, que se están reuniendo y presentando a todos y cada uno de los personajes de Marvel para darles más juego juntos y separados. También la competencia directa, DC, está a contrarreloj llenado las mesas de los productores de posibles sustitutos a Batman y Superman (dándolo todo y más por el éxito rotundo del último Batman de Christopher Nolan) intentando recuperar otros personajes menos conocidos, reintentando apuestas fallidas (como Linterna verde) y unificándolos a todos llamándoles esta vez La liga fantástica.  No sería de extrañar que todo esto acabara, ¿por qué no?, en una especie de lucha final a vida o muerte entre unos y otros, en vez de ante el tan temido mal.

Pero lo que ya demuestra la apuesta firme de Hollywood hacía el éxito de éstos salvadores de desgracias ficticias es que La mosca humana va de camino a la gran pantalla. Tanto es así que, este personaje, despreciado por Marvel, ha sido «adoptado» por Alan Brewer y Steven Goldman para darle vida más allá del papel a este señor cuyas viñetas apenas duraron dos años, de 1977 a 1979.

Se trata de un joven desconocido que sufre un accidente de coche que le obliga a llevar parte de su cuerpo reconstruido con acero. Se dedica entonces a realizar espectáculos para recaudar fondos para huérfanos y a lucha contra maleantes que se lo quieren robar.

Nos encontramos, así, ante más buenos buenisimos intentando hacer del mundo un lugar habitable y mejor, ya que en la vida real los intentos son más sutiles… Sobretodo porque nos faltan superpoderes.

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