El diablo en el Parque del Retiro

En el madrileño Parque del Retiro, entrando por la calle Alfonso XII, hay una estatua descrita por el común de las personas como hermosa y original. Fue hecha primero en yeso y luego en bronce por Ricardo Bellver en 1877 y cedida al Ayuntamiento de Madrid por el Museo Nacional del Prado, cuyo director en aquel entonces, Benito Soriano Murillo, sugirió exponerla al aire libre. Desde 1885 está en lo alto de la fuente de la Plaza del Ángel Caído.

Para realizarla Bellver se inspiró en los versos de El Paraíso Perdido de Milton que evocan imágenes de Adán y Eva y la aparición del Diablo.

Existen muchas versiones populares de la escultura. Se dice que lo original es que combina la belleza de Lucifer con su pérdida de la gracia divina, un ángel caído por desobedecer los mandatos de Dios. Ángel primero y Satanás después, en una sola imagen, la estatua.

Según algunas leyendas se dice que en los años 50 se reunían alrededor de la escultura diversas bandas satánicas por lo que se pidió el exorcismo de la misma a la Iglesia.

A pesar de ser España un país mayoritariamente católico, la Iglesia no ha manifestado disgusto con la obra en cuestión, quizás porque no la considere un culto al Diablo sino más bien la materialización del contraste entre el bien y el mal que es el centro de la religión católica.

La escultura es un ángel. Debo decir que muy “cachas” . Su tronco está rodeado de serpientes y de su espalda nacen alas, el gesto de su rostro es dramático.

Curiosamente, dicen que se encuentra a 666 metros sobre el nivel del mar de Alicante, no sé si es casualidad pero evitaré pasar cerca después de la medianoche.

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