Me he abierto una cuenta de twitter y creo que si tuviera que resumir en 140 caracteres la película del verano, Origen, pondría algo así como «película con gran guión, maravillosos efectos (sin necesidad del 3D, gracias) pero no te librarás de lo de siempre…». Como aquí me puedo explicar un poquito mejor porque tengo más espacio pues lo haré.
No seré yo a quien se le ocurra criticar una película que gusta a todo el mundo (por lo menos a todos los que yo conozca, y de la que no he leido cosas demasiado negativas), tampoco se me ocurrirá decir nada malo del gran Chritopher Nolan (quien consiguió que a mi, que me importa un pimiento la historia y la vida del atormentado Batman, se me cortara la respiración con El caballero oscuro). Tampoco se me pasaría por la cabeza hablar negativamente de Leonardo Di Caprio, que me llamó ya la atención en «Los problemas crecen» (compitiendo con Kirk Cameron) y me conquistó en «Vida de este chico» (aunque luego sólo me haya emocionado en un par de películas más…)
¡Pero no! A pesar de que se me ocurren varias discrepancias no se me ocurriría ponerme en contra de la opinión popular que piensa y dice que Origen es una gran historia… Después de todo, hacer una película que llame la atención, con un guión que enganche, con una historia donde todo es posible, que te ata mentalmente a la pantalla, que te embulle en un universo que llegas a creer que puede existir, que te da vueltas en la cabeza hasta después de salir de la sala, que te hace estar comentándola durante varios días, o sacar el tema cuando alguien dice «ayer vi Origen, que bien está…» vaya, en resumen, que hacer una película buena y que a la vez sea comercial, es cada vez más complicado… Es más, cuando el presupuesto es alto la calidad suele ser inversamente proporcional… Así que me alegro de que en este caso el dinero por lo menos esté aprovechado.
Eso si, 20 minutos de tiros y patadas innecesarias para completar la trama, no te los quita nadie (y esto ya no me lo puedo callar).
